Jugaron a amenazarme con frases disfrazadas de condena. Jugaron a darme consejos en forma de clichés, dichos en el tono y forma de una risa burlona, sarcástica y en algunos casos hasta nostálgica. Pero advertirme, nadie lo hizo. Nadie fue tan explícito, ni tan puntual. Nadie me advirtió que tu llegada haría que mi lengua … Sigue leyendo Nadie me advirtió.